A sus pies, mi señora

Por esta zona, la matriarca es la señora Fitz Roy omnipresente y omnipotente. Todo gira alrededor de ella. Y amigos, uno solo se puede referir a ella en estos términos. Hemos tenido la sensación de estar viendo la montaña más bonita del mundo. ¿ Sus medidas ?, coquetonas pero muy firmes. No alcanza los 3.500 metros, pero su estructura totalmente granítica, su verticalidad - con las curvas justas - y su entorno - se encuentra resguradado por una serie de picos menores que conforman su mismo macizo - hacen de ella toda una sex symbol. Y claro, toda chica guapa tiene amigas - en general feas, todo hay que decirlo - que si no fuera por estar con ella lucirían con luz propia en cualquier otra parte del mundo, entre ellas, el cerro Torre, talmente una aguja también de granito.
Hemos estado alojados en una hostería donde hemos acabado casi formando parte de la familia, con una hiper atenta cicerona - Alejandra - acompañada de su hijo Thiago - incansable y cariñoso - y de su sobrino. ¡Mis respetos por el Cordero al horno!.
El momento de marchar llegó y con mucha pena hemos abandonado este polvoriento y de difícil acceso lugar, conscientes de dejar atrás un entorno y momento irrepetible.
Nos veremos las caras de nuevo. Por ventura, tenga usted admirada señora por seguro.