Diario de A Bordo

... El viento es un caballo: óyelo como corre por el mar, por el cielo. Quiere llevarme: escucha como recorre el mundo para llevarme lejos.

Deja que el viento corra, coronado de espuma, que me llame y me busque galopando en la sombra, mientras yo, sumergido bajo tus grandes ojos, por esta noche sola, descansaré ... [Pablo Neruda]

Nos encontramos actualmente en Barcelona

11 febrero 2006

A sus pies, mi señora

Llegamos a El Chalten para estar tres días y nos hemos quedado una semana. Señores, esta es la meca de los excursionistas. La población en si recuerda a las del salvaje oeste, solo le faltan los saloons, pero atención a su entorno natural. Acojonante! - y perdón por semejante grosería -. Hasta Marisol y yo, reputados domingueros de Barcelona nos hemos abocado a un desenfreno excursionista sin precedentes. Un día perdimos total atisvo de cordura y sensatez y caminamos durante más de 9 horas.

Por esta zona, la matriarca es la señora Fitz Roy omnipresente y omnipotente. Todo gira alrededor de ella. Y amigos, uno solo se puede referir a ella en estos términos. Hemos tenido la sensación de estar viendo la montaña más bonita del mundo. ¿ Sus medidas ?, coquetonas pero muy firmes. No alcanza los 3.500 metros, pero su estructura totalmente granítica, su verticalidad - con las curvas justas - y su entorno - se encuentra resguradado por una serie de picos menores que conforman su mismo macizo - hacen de ella toda una sex symbol. Y claro, toda chica guapa tiene amigas - en general feas, todo hay que decirlo - que si no fuera por estar con ella lucirían con luz propia en cualquier otra parte del mundo, entre ellas, el cerro Torre, talmente una aguja también de granito.

Hemos estado alojados en una hostería donde hemos acabado casi formando parte de la familia, con una hiper atenta cicerona - Alejandra - acompañada de su hijo Thiago - incansable y cariñoso - y de su sobrino. ¡Mis respetos por el Cordero al horno!.

El momento de marchar llegó y con mucha pena hemos abandonado este polvoriento y de difícil acceso lugar, conscientes de dejar atrás un entorno y momento irrepetible.

Nos veremos las caras de nuevo. Por ventura, tenga usted admirada señora por seguro.