Diario de A Bordo

... El viento es un caballo: óyelo como corre por el mar, por el cielo. Quiere llevarme: escucha como recorre el mundo para llevarme lejos.

Deja que el viento corra, coronado de espuma, que me llame y me busque galopando en la sombra, mientras yo, sumergido bajo tus grandes ojos, por esta noche sola, descansaré ... [Pablo Neruda]

Nos encontramos actualmente en Barcelona

19 octubre 2006

La Historia Interminable

De una pequeña semilla de ilusión plantada hace más de tres años germinó el viaje que ahora saboreamos en nuestro regreso a Barcelona. Con total honestidad hemos de reconocer que ha sido todo un lujo y una inmensa suerte poder vivirlo sin mayores problemas y con emocionante intensidad en cada una de sus momentos. De eso nos sentimos sumamente afortunados.

Desde esa primera conversación seria en un café enfrente de la Sagrada Familia, pasando por los momentos en los que echábamos a volar nuestra imaginación tratando de visualizar como sería vivir en un contexto ajeno al día a día - imaginándonos leyendo un periódico en un café en Buenos Aires o en medio de escenarios tan lejanos como la Patagonia o isla de Pascua o simplemente levantándonos cada día con la única obligación de decidir que era lo que más nos apetecía hacer teniendo como límite el mundo entero - hasta el momento de recibir de nuevo el calor de familia y amigos.

Un viaje como tantas otras cosas en la vida se compone de pequeños grandes momentos y vivencias. Éstos han convertido nuestra pequeña aventura en una experiencia vital. Nosotros no deberíamos olvidar ninguno de estos si queremos que las sensaciones y espíritu del viaje perviva en nosotros para siempre.

Algunos de estos momentos nos vienen a la memoria en el momento de escribir estas líneas ...

Encontrar el día de la partida y en la cola de facturación del aeropuerto de Barcelona a nuestros amigos

Un café en una cafetería cualquiera de Buenos Aires
El ruido de un glaciar al romperse bajo el calor del sol
Una copa de vino bajo la luna y frente al Perito Moreno
Para Arturo, sus padres junto a él en la contemplación de escenarios y la vivencia de momentos inolvidables
El viento inclemente en la estepa patagónica
Un asado argentino en compañía de amigos
Los puri-puris pegados a tu piel gracias a una pócima artesanal inventada para la ocasión
La sensación de aislamiento en Isla de Pascua
Mojarse los pies cuando uno se lava las manos en el baño de su hotel
La contemplación desde el banco de un camión del transcurrir de la vida en una carretera de Laos.
Sentir la corriente del Mekong bajo tu kayak
Esos emocionantes atardeceres invernales de Sydney
Confundir el olor de la fruta nacional de Malasia con el olor de alimentos podridos paseando junto a los puestos callejeros de Singapur
En la cima de un tepui, contemplar las nubes chocando contra las paredes del mismo desde las que se descuelgan varias cascadas
Bañarse en completa soledad y desnudo en una playa tropical
Recibir el calor de un amigo o familiar en un email que te llega desde la otra parte del mundo
Reencontrarse con lugares ya conocidos y encontrarlos mejor de como uno los recordaba

... y tantos otros ...


En nuestra llegada a Barcelona muchas pequeñas cosas han cambiado mientras nosotros hemos estado fuera. Afortunadamente, familia y amigos estaban aquí esperándonos.

Muchos y nuevos proyectos han de germinar de nuevas semillas de ilusión ya plantadas. Semillas que alimentadas de esperanza nos han de llevar a andar juntos caminos de futuro que en un ciclo imperecedero se volverán presente y que poco después recordaremos como pasado. Poder rememorar las vivencias que de ellos se deriven como algo digno de recuerdo es asunto que hemos de empezar a vivir ahora.

Pero eso es otra historia y deberá ser contada en otro momento.


11 agosto 2006

¿ Nos Laos de fiesta ?

¿ Lo cualo ?. Pues eso, de fiesta a Laos, un lugar exótico, lejos de casa, baratito, con leyes permisivas y que además queda bien en el curriculum de viajes. Con un poco de suerte incluso en la visita uno puede encontrarse con uno de esos personajes infames que tanto proliferan por España. Aquel que supuestamente se ocultó allí huyendo de la justicia.

Laos, país que integrado de manera sorpresiva en el gringo trail - nombre que recibe la ruta que la mayoría de turistas de bajo presupuesto sigue por diferentes lugares del mundo - del sudeste asiático, ha pasado en pocos años de encontrarse en el más absoluto anonimato internacional - abrió sus fronteras al turismo en 1989 - a contemplar con absoluto estupor como jovenzuelos - mal llamados a sí mismos backpackers - de diferentes nacionalidades transitan durante una semana por una reducida zona del país, moviéndose de un lugar a otro entre juerga y juerga. La imagen que en esas condiciones damos como habitantes de ese supuestamente primer mundo al cual todos nos sentimos tan aliviados de pertenecer, es realmente deleznable.

Decenas de sonrosaditos y celulíticos nenes y nenas emplean el tiempo bebiendo cerveza, fumando marihuana y de fiesta, mientras alrededor la gente del país que ha conseguido improvisar unos pocos servicios básicos para su diversión - discotecas, restaurantes con camas para ver las 24 horas del día capítulos de Friends, locales donde se sirve comida rápida, atracciones como bajar en un pneumático de tractor por un río, ... - vive en casas de paja y madera, viste harapos, se mueve de un lugar a otro a pie o con suerte en bicicleta y practica una economía de substencia - evidentemente, la unica que pueden permitirse -.

Estamos seguros que alguien podrá alegar que de esta manera también se está fomentando el crecimiento de la economía del país. Pero .... ¿ a qué precio ? y ¿ con qué alcance - cuantas famílias de Laos se benefician de este tipo de turismo que por cierto, también sufrimos en Barcelona - ?. ¿ Qué ocurrirá cuando las tornas cambien y por el futil motivo que sea el país deje de ser interesante para estos colectivos ?. ¿ Cuantas de estas personas han venido para disfrutar de los atractivos reales de este país: Unos maravillosos escenarios naturales que van desde espectaculares formaciones kársticas en medio de verdes campos y terrazas de arrozales, hasta las tierras bajas bañadas por el rio Mekong. Descubrir la variedad de etnias y la personalidad común de unos habitantes educados, amables y todavía ajenos a las revoluciones del mundo capitalista. O adentrarse en los restos de su pasado colonial y herencia cultural de diferentes procedencias ?.

¿ Cuantas de estas personas serían capaces de explicar porque han venido a Laos y qué es lo que más les ha gustado, sin que la respuesta estuviera relacionada con ese ocio barato y libre de restricciones que en sus paises de origen no pueden practicar ?.


30 julio 2006

¿ Ande está el día que nos han robao ?

Desde que salimos de Venezuela hemos ido de cabeza para arriba y para abajo sin parar. En un período de apenas 15 días hemos recorrido medio mundo, unos 20.500 kilómetros!!. De Caracas a Santiago de Chile. Al día siguiente, de esa ciudad a Isla de Pascua. Seis días después, a la Polinesia Francesa. Cuatro días más tarde a Auckland - en este trayecto hicimos saltar la banca y nos robaron un día. Salimos de Tahití el dia 7 de madrugada y después de más de cinco horas de vuelo, llegábamos a destino el día 8 - y tras seis horas de espera, partíamos hacia Sydney. Por si fuera poco, cuatro días más y a Singapur - 8 horas más de vuelo -. Una puñetera locura!!. Llegó un momento que no sabíamos si teníamos que comer, cenar, dormir, ir al lavabo o si tocaba ducha.

En medio de toda esta historia de majaderos, hemos podido disfrutar de Sydney. La ciudad nos ha dejado patas arriba y con la boca abierta. En ese lugar el glamour uno lo encuentra hasta en la sopa. Que demostración de ética urbanita, diseño, criterio urbanístico, enclave, clima y atardeceres!. Nos gustó tanto lo que vimos el primer día, que repetimos la misma ruta los otros tres para no llevarnos un chasco descubriendo algun papel tirado por el suelo.

Llegados a Singapur, el charm se perdió pero la pulcritud y buen criterio urbanístico se mantuvieron. Y por supuesto, aparecieron las aberraciones típicas de las grandes urbes asiáticas: desmadre de tráfico, autopistas y mega shopping centres por todas partes. En Singapur, la megalomanía de los centros comerciales alcanza las más altas cotas de absurdidad. El centro de esta ciudad se compone básicamente y casi en exclusiva de estos elementos. Afortunadamente, la caspa también típica de gran urbe asiática, seguía ahí escondida cual cucaracha melancólica en los barrios periféricos donde se agolpan a la vez, y en perfecta armonía, las viviendas de la gente de la ciudad, la porquería y los chiringuitos marca registrada de Asia.

De ahí y pasando por Kuala Lumpur y la selva malaya nos instalamos, cual marmotas recalcitrantes, en unas islas paradisíacas en el norte de ese país, donde con gran alarde de medios - no se reparó en gastos - concentramos nuestras fuerzas en dormir e ir a la playa. Con aguarrás nos han tenido que sacar de allí.

Como memoria visual de este bonito relato de viaje, os dejamos una foto de Arturo demostrando su innata pericia en los menesteres de snorkeleamiento profundo en aguas tropicales. ¿ Alguien da más ?