Diario de A Bordo

... El viento es un caballo: óyelo como corre por el mar, por el cielo. Quiere llevarme: escucha como recorre el mundo para llevarme lejos.

Deja que el viento corra, coronado de espuma, que me llame y me busque galopando en la sombra, mientras yo, sumergido bajo tus grandes ojos, por esta noche sola, descansaré ... [Pablo Neruda]

Nos encontramos actualmente en Barcelona

19 febrero 2006

De uno de los culos del mundo al fin del mundo

Punta Arenas es uno de esos lugares del mundo donde no te quedarías a vivir ni si quiera si te prometiesen que el Barça iba a ganar 20 champions league seguidas. La ciudad es un puerto franco a orillas del estrecho de Magallanes, es fea con ganas salvándose solo la plaza de armas y algún edificio singular y destaca por encontrarse permanentemente batida por unos vientos de mil demonios - una de las noches pensamos que saldríamos volando de la cama con paredes, muebles, fregadero y todo - y por tener un bonito cementerio, sin duda dos grandes atracciones que multiplican cada año que pasa las hordas de turistas que la visitan.
Hay que admitir que nuestra entrada no fue muy afortunada, después de visitar un alojamiento, nos quedamos tirados y sin amparo cerca del centro y acabamos durmiendo en una casa abandonada situada en la calle de los meublés de moda de la ciudad. El tema tenía su enjundia* puesto que los dueños eran una pareja cincuentona y recalcitrante que calzaban un mercedes a todo trapo y revestido de piel color beige - seguro que ellos no tenian previsto dormir en su propio alojamiento en los próximos cinco mil años -. Es realmente espectacular ver como se puede convertir un comedor - con llar de foc y todo - en una habitación a tres vientos y ocho camas sin modificar un ápice de la decoración del mismo, sin hablar de las duchas estilo cuartel militar ni del desayuno servido en tazas mugrientas y con el adrezzo de pan duro. Eso sí, quien no se conforma es porque no quiere ya que tras descartar la mega-suite a 8 camas, llegaron dos alemanes que la encontraron de lo más adecuada a sus expectativas - por la mañana se quejaron que las tazas del té estaban sucias -. Después de disimular durante el desayuno, salimos de allí cagando leches para acabar en la casita de fresa de otra señora pija que por añadidura regentaba una guardería, que pegajosa era la tía!, pero el alojamiento estaba muy bien. Una casa para nosotros solos hasta que llegaron unos sexagenarios catalanes arrasando con nuestro nidito de amor.

Si habéis llegado hasta este punto de semejante rollo, os habréis dado cuenta que no hemos comentado nada acerca de qué actividades realizamos y tened en cuenta que estuvimos 3 días y medio allí!. En Punta Arenas no hay nada que hacer. Nos quedamos atorados esperando el bus de la salvación que nos llevase a Ushuaia, la ciudad del fin del mundo en Tierra del Fuego.

Para no alterar lo que se está convirtiendo en uno de los clásicos de este viaje, el trayecto nos consumió 12 horas, la mayoría de las cuales sobre ripio - carretera de roca y piedra, ¿ lo conté ya anteriormente ? -. Por suerte, nos esperaban dos sorpresas a nuestra magullada llegada a Ushuaia: Un entorno natural maravilloso con montañas, bosques, lagos y glaciares - otro clásico del viaje - y un alojamiento que nos hizo saltar las lágrimas de alegría.

* © Santi Perez


17 febrero 2006

Sin palabras

Pocas veces uno siente ganas de llorar de emocion ante un escenario o momento de su vida. La visita y visión del glaciar Perito Moreno ha sido uno de esos para nosotros. A pesar de haber visto en los ultimos dias ya unos cuantos y entre ellos los más conocidos - Upsala, Viedma, Spegazzini -, ninguno de ellos puede compararse al Perito. No es el mas grande, ni el mas alto y quizás tampoco el mas bello, pero sin duda es el más espectacular, además de ser el que tiene mayor actividad - se desplaza en los laterales dos metros cada día lo que provoca permanentes desprendimientos de su frente - y sobre todo mejor acceso. Para celebrarlo como se merecia, nos servimos a su salud una botella de buen vino de Mendoza compartida con Astrid nuestra amiga alemana residente en Barcelona y que conocimos dos dias antes. - es que nuestra ciudad enamora, todo el mundo que nos encontramos, tanto los que han estado como los que no, habla maravillas de ella -.


11 febrero 2006

A sus pies, mi señora

Llegamos a El Chalten para estar tres días y nos hemos quedado una semana. Señores, esta es la meca de los excursionistas. La población en si recuerda a las del salvaje oeste, solo le faltan los saloons, pero atención a su entorno natural. Acojonante! - y perdón por semejante grosería -. Hasta Marisol y yo, reputados domingueros de Barcelona nos hemos abocado a un desenfreno excursionista sin precedentes. Un día perdimos total atisvo de cordura y sensatez y caminamos durante más de 9 horas.

Por esta zona, la matriarca es la señora Fitz Roy omnipresente y omnipotente. Todo gira alrededor de ella. Y amigos, uno solo se puede referir a ella en estos términos. Hemos tenido la sensación de estar viendo la montaña más bonita del mundo. ¿ Sus medidas ?, coquetonas pero muy firmes. No alcanza los 3.500 metros, pero su estructura totalmente granítica, su verticalidad - con las curvas justas - y su entorno - se encuentra resguradado por una serie de picos menores que conforman su mismo macizo - hacen de ella toda una sex symbol. Y claro, toda chica guapa tiene amigas - en general feas, todo hay que decirlo - que si no fuera por estar con ella lucirían con luz propia en cualquier otra parte del mundo, entre ellas, el cerro Torre, talmente una aguja también de granito.

Hemos estado alojados en una hostería donde hemos acabado casi formando parte de la familia, con una hiper atenta cicerona - Alejandra - acompañada de su hijo Thiago - incansable y cariñoso - y de su sobrino. ¡Mis respetos por el Cordero al horno!.

El momento de marchar llegó y con mucha pena hemos abandonado este polvoriento y de difícil acceso lugar, conscientes de dejar atrás un entorno y momento irrepetible.

Nos veremos las caras de nuevo. Por ventura, tenga usted admirada señora por seguro.


02 febrero 2006

La Ruta 40

Han sido dos días con un total de 26 horas de buses por pistas sin asfaltar y cruzando el páramo patagónico que nos han dejado doblados.

Patagonia tiene dos vistas de una misma cara, la turística y hermosísima con montañas únicas en el mundo, glaciares, lagos, etc y la que todo el mundo trata de evitar y que nosotros queríamos vivir, la del interminable desierto estepario azotado por fuertes vientos y con los atardeceres más bonitos que hemos visto. La gama cromática de colores cálidos en transición al azul es increible, estás viendo como se pone el sol por un extremo y como en 360º alrededor van cambiando los colores del cielo.

Llegamos a El Chaltén a las 11 de la noche, una hora antes y desde la carretera, fuimos testigos de un espectáculo sobrecogedor. Enfrente y con el día anocheciendo ( por quí hay luz hasta casi las diez y media de la noche ), se nos mostró a lo lejos el macizo del Fitz Roy. Una montaña de granito de 3500 metros, vertical y de una sola pieza, rodeada de nieve y glaciares. Impresionante, incluso a pesar de la paliza de autobus ( sin aire acondicionado, claro ).

En estos dos días de polvo, baches y rocas golpeando los bajos de los buses, hemos conocido a dos argentinas muy saladas ( Élida y Vivi ) con las que hemos hecho amistad y que nos han llenado el trayecto de humor y recomendaciones de zonas que visitar en Argentina. Desde aquí, un abrazo para ellas.

Nota de la redacción: No podemos colgar fotos puesto que la conexión a internet aquí en el Chalten desde donde escribimos se hace vía satélite y va como muy mal, tan pronto podamos, prometemos hacerlo.