¿ Ande está el día que nos han robao ?

En medio de toda esta historia de majaderos, hemos podido disfrutar de Sydney. La ciudad nos ha dejado patas arriba y con la boca abierta. En ese lugar el glamour uno lo encuentra hasta en la sopa. Que demostración de ética urbanita, diseño, criterio urbanístico, enclave, clima y atardeceres!. Nos gustó tanto lo que vimos el primer día, que repetimos la misma ruta los otros tres para no llevarnos un chasco descubriendo algun papel tirado por el suelo.
Llegados a Singapur, el charm se perdió pero la pulcritud y buen criterio urbanístico se mantuvieron. Y por supuesto, aparecieron las aberraciones típicas de las grandes urbes asiáticas: desmadre de tráfico, autopistas y mega shopping centres por todas partes. En Singapur, la megalomanía de los centros comerciales alcanza las más altas cotas de absurdidad. El centro de esta ciudad se compone básicamente y casi en exclusiva de estos elementos. Afortunadamente, la caspa también típica de gran urbe asiática, seguía ahí escondida cual cucaracha melancólica en los barrios periféricos donde se agolpan a la vez, y en perfecta armonía, las viviendas de la gente de la ciudad, la porquería y los chiringuitos marca registrada de Asia.
De ahí y pasando por Kuala Lumpur y la selva malaya nos instalamos, cual marmotas recalcitrantes, en unas islas paradisíacas en el norte de ese país, donde con gran alarde de medios - no se reparó en gastos - concentramos nuestras fuerzas en dormir e ir a la playa. Con aguarrás nos han tenido que sacar de allí.
Como memoria visual de este bonito relato de viaje, os dejamos una foto de Arturo demostrando su innata pericia en los menesteres de snorkeleamiento profundo en aguas tropicales. ¿ Alguien da más ?